martes, 26 de agosto de 2014
SENSATEZ DOMINICANA
Prohíben a
Miley Cyrus en República Dominicana
La cantante no podrá presentarse en el país
centroamericano por atentar contra la moral y las buenas costumbres
Moralmente inaceptable, dijeron. Como para continuar
con su tendencia polémica, Miley Cirus fue prohibida en República
Dominicana. La cantante no podrá presentarse en el país debido a que, según su
gobierno, su comportamiento sobre el escenario atenta contra la moral y las
buenas costumbres. El show estaba pautado para el 13 de septiembre.
Según un comunicado publicado en un medio local, las
razones de la prohibición serían "los vestuarios inadecuados, corrupción
del lenguaje, imágenes y frases perversas, frases con doble sentido, apología
del crimen, violencia y actos denigrantes para el culto cívico, la incitación
al sexo, sexo lésbico, uso de objetos inadecuados en público, actos que atentan
contra la integridad personal y son violatorios de los derechos de niños, niñas
y adolescentes".
Durante las presentaciones del Bangerz Tour (que la
traerá de vuelta al país en octubre: se presentará el 3 de octubre en
GEBA), Miley no solo despliega su
famoso twerkeo, se toca sobre el capó de un auto, sino que también monta un
pancho volador y baila con un porro gigante, entre otras cosas.
LA FEMINIDAD REDESCUBIERTA
Por Mons.
Williamson
COMENTARIOS ELEISON 123 (14
de noviembre del 2009)
Cuando un pueblo amurallado está siendo
atacado, y el enemigo está continuamente atacando una parte de esta muralla,
los habitantes deben continuar defendiendo esa parte de la muralla. Hoy en día
el enemigo de la humanidad, Satanás, está continuamente atacando a la verdadera
feminidad, porque sin verdaderas mujeres no pueden existir verdaderas madres,
ni una vida de familia verdadera, ni niños verdaderamente felices y por ende
tampoco seres humanos verdaderos. Ojala pudiera citar el testimonio completo de
otra ex feminista quien me escribió hace algunos meses para agradecerme por
"afirmar y sostener nuestra naturaleza verdadera como mujeres", de
acuerdo a como ahora ella lo percibe. Enseguida presento un escueto resumen de
su carta, que es considerada un clásico por su contenido:
Nacida a mediados de los años 60's, tuve
a un padre violento y abusivo, y no he contado con una figura paterna desde
entonces. Después de que el murió, cuando yo apenas tenía 14 años, rechacé mi
fe Católica y me alejé de la Iglesia - es difícil creer en un Dios de amor
cuando no eres amada por tus propios padres. Lejos de la Iglesia abracé al
feminismo radical y al paganismo, terminé por odiar los vestidos porque estos
eran descritos como una forma inferior de vestir a la que usaban los varones.
Me pregunto ¿de dónde saqué la idea de que las mujeres son débiles? Ahora
entiendo que las mujeres no son para nada débiles, sino que somos fuertes en
aspectos diferentes a los de los hombres.
Fui a la Universidad determinada a
demostrar que yo podía hacer cualquier cosa que un hombre podía hacer, pero en
mis próximos siete años como policía me di cuenta de que la agresividad y la
dominación requerida por aquel trabajo no se me daban naturalmente, y que nunca
podría ser tan fuerte físicamente como los hombres. Así es que equiparé
cualquier signo de feminidad en mí con debilidad. Al mismo tiempo, como
feminista radical, odiaba a los varones y deseaba no necesitar a ninguno de
ellos, y debido a toda esa basura feminista, casi no llegue a casarme. Pero al
llegar a los treinta y tantos me di cuenta de que corría el riesgo de quedarme
sola por el resto de mi vida, así es que decidí comenzar a salir con muchachos.
Poco tiempo después conocí a mi futuro esposo.
Cuando él me pidió que usara un vestido
porque era más atractivo, ¡exploté! Sin embargo, me lo probé únicamente para
darle gusto. Fue entonces que mi comportamiento empezó a cambiar lentamente, y
a medida que empecé a actuar y a sentirme más femenina, descubrí que me gustaba
sentirme así porque se sentía algo natural para mí. Cuando después de algún
tiempo nos casamos, mis prioridades cambiaron, y mucho deseaba quedarme en
casa. En el trabajo puedo imponerme pero no es algo que disfrute. Entiendo
perfectamente ahora que es normal para mí, como mujer, preferir no ser el
líder, porque esa es la manera en que Dios me diseñó. He pasado toda mi vida de
trabajo tratando de competir con hombres e intentando ser como ellos, y esto me
ha hecho infeliz y me ha orillado a sentirme fracasada porque por más que lo
intentaba, no soy como los hombres ni nunca podré serlo, porque no soy un
hombre.
Fue el amor de mi esposo que me permitió
después de 26 años, volver a la Iglesia, a regañadientes - ¡es que Dios me
llamaba! Allí encontré todo algo
diferente de cómo lo recordaba, y para empezar no estuve de acuerdo con la
postura de la Iglesia en todas las cuestiones que involucran a las mujeres.
Pero a medida de que leía más, mis ojos se abrieron y me di cuenta, entre otras
cosas, como la manera en que visto da forma a mis sentimientos e inclusive a mi
personalidad. Cuando me pongo vestidos o faldas me siento gentil y femenina,
más natural. Mi educación continua en las enseñanzas de la Iglesia, que incluye
las "Cartas del Rector", me ha ayudado a respetarme a mi misma como
mujer y no como un pseudo-varón. Es en detrimento de todos que el feminismo se
haya arraigado en nuestra cultura (Fin del testimonio).
Madre de Dios, por favor consigue para
nosotros hombres varoniles sin los cuales difícilmente tendremos mujeres
femeninas.
Kyrie eleison.
CUANDO LA MUJER SE PUSO LOS PANTALONES: UN ASUNTO PARA PENSARLO
“La
mujer no se pondrá vestido de hombre ni el hombre se pondrá un vestido de
mujer, porque el que hace esto es una abominación para el Señor tu Dios”.
Esto
fue escrito hace unos dos mil quinientos años en el libro del
Deuteronomio 22, 5
Aunque fue dicho siglos antes.
Cuando
hace apenas medio siglo las hijas de Eva se dijeron “¿por qué no?” y empezaron
a ponerse pantalones nadie se alarmó demasiado.
AHORA, MEDIO SIGLO DESPUÉS
Presentamos
la Notificación reservada
del
Cardenal Giuseppe Siri
fechada
en Génova el 12 de junio de 1960
El Cardenal de Génova avizoró algunas de las consecuencias más graves que esto acarrearía en el futuro y dio la voz de alerta a los pastores cuando les profetizó, en parte, cosas que vemos hoy.
A PROPÓSITO DEL VESTIDO MASCULINO DE LA MUJER
Cardenal Giuseppe Siri
Notificación del 12 de junio de 1960
(Traducción directa del italiano: P. Horacio Bojorge S.J.)
El uso
de ropa masculina por parte de la mujer
Las
primeras señales de nuestra tardía primavera indican un cierto aumento este año
en el uso de la ropa de hombre empleada por mujeres y jóvenes, aún en el caso
de madres de familia.
Hasta
el año 1959, en Génova, tal vestimenta significaba usualmente que la persona
era un turista, pero ahora parece haber un número significativo de jóvenes y
mujeres de la misma Génova que están escogiendo, por lo menos para los viajes
de placer, llevar ropa de hombres (pantalones). La difusión de esta costumbre
impone una seria reflexión sobre este asunto y les pedimos a quienes está
dirigida esta Notificación que le presten toda la atención de quien está
consciente de ser responsable ante Dios.
Buscamos,
ante todo, ofrecer un equilibrado juicio moral sobre el uso de ropa masculina
por parte de la mujer. De hecho, nuestras consideraciones no pueden sino
preocuparse por el aspecto moral.
LA TELEVISIÓN NOS ESTÁ CONVIRTIENDO EN ZOMBIS
Nos hemos hecho adictos a la
TV el cual puso a nuestro lado derecho del cerebro a cargo de todo,
transformándonos en unos enloquecidos zombies consumidores.
La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza sino
que además, en su publicidad, encontramos las pastillas que nos aliviarán.
- Bette Davis
La televisión es un opiáceo
adictivo y uno de los dispositivos de control mental más poderosos jamás
producidos. Y no sólo me estoy basando esto en la intuición. Tengo pruebas
neurológicas para probarlo.
Cualquier comportamiento que
conduce a una experiencia placentera se repetirá, especialmente si ese
comportamiento requiere poco trabajo. Los psicólogos llaman a este patrón “refuerzo
positivo”. Esto es lo que queremos decir, técnicamente hablando, la adicción.
En este sentido, la televisión ciertamente encaja en la categoría de un agente
adictivo.
Cuando miras la TV, la
actividad cerebral cambia desde la izquierda hacia el hemisferio derecho. De
hecho, experimentos llevados a cabo por el investigador como Herbert Krugman
mostraron que mientras los espectadores están viendo la televisión, el
hemisferio derecho es dos veces más activo que la izquierda, una anomalía
neurológica.
En el cruce de izquierda a
derecha el cuerpo emite una oleada de opiáceos naturales: las endorfinas, que
incluyen las endorfinas beta y las encefalinas. Las endorfinas son
estructuralmente idénticas al opio y sus derivados (morfina, codeína, heroína,
etc.).
Las actividades que liberan
endorfinas (también llamadas péptidos opiáceos) suelen producir dependencia
(rara vez les llamamos adictiva). Estos incluyen sacar nudillos, ejercicio
intenso, y el orgasmo. Los opiáceos externos actúan sobre los mismos receptores
(receptores opioides) como endorfinas, por lo que hay poca diferencia entre los
dos.
De hecho, los espectadores
de televisión incluso casuales experimentan tales síntomas de abstinencia de
opiáceos si dejan de ver la televisión durante un período prolongado de tiempo.
Un artículo del Eastern Province Herald de Sudáfrica (Octubre de 1975) describe
dos experimentos en los que personas de diferentes medios socio-económicos se
le pidieron dejar de ver la televisión. En un experimento, varias familias se
ofrecieron apagar su TV por sólo un mes.
La familia más pobre se
rindió después de una semana, y los otros sufrieron de depresión, diciendo que
se sentían como si hubieran “perdido a un amigo.” En otro experimento, 182
alemanes occidentales decidieron patear su hábito de televisión durante un año,
con el valor añadido de pago. Ninguno pudo resistir el impulso de más de seis
meses, y con el tiempo todos los participantes mostraron los síntomas de
abstinencia de opiáceos: aumento de la ansiedad, frustración y depresión.
El adicto a la TV
Los síntomas de adicción
están alrededor de nosotros. Por ejemplo, el estadounidense promedio ve más de
cuatro horas de televisión cada día y el 49% de estos continúan mirando a pesar
de admitir hacerlo excesivamente. Estos son los indicadores clásicos de un
adicto en negación: los adictos saben que se están haciendo daño a sí mismos,
pero continuarán con la droga sin importarles.
El televisor funciona como
un sistema de entrega de medicamentos de alta tecnología, y todos sentimos sus
efectos. La pregunta es, ¿puede una adicción a la televisión ser destructiva?
La respuesta que recibimos de la ciencia moderna es un rotundo “Sí!”.
En primer lugar, cuando
estás viendo televisión las regiones superiores del cerebro (como el cerebro
medio y el neo-córtex) están apagadas, y la mayoría de la actividad se desplaza
a las regiones inferiores del cerebro (como el sistema límbico). Los procesos
neurológicos que tienen lugar en estas regiones no se puede precisamente llamar
“cognitivos”.
El cerebro inferior
solamente está preparada para reaccionar ante el medio ambiente utilizando
programas de respuesta “lucha o huida” que están profundamente enraizados.
Además, estas regiones inferiores del cerebro no pueden distinguir la realidad
de las imágenes fabricadas (un trabajo realizado por el neo-córtex), por lo que
reaccionan al contenido de la televisión como si fuera real, liberando las
hormonas apropiadas y así sucesivamente. Los estudios han demostrado que, a
largo plazo, demasiada actividad en la región inferior conduce a la atrofia en
las regiones superiores del cerebro.
El efecto del control del lado derecho del cerebro
La investigación de Herbert
Krugman demostró que viendo la televisión insensibiliza el lado izquierdo del
cerebro y deja al lado derecho para realizar todas las funciones cognitivas.
Esto tiene algunas terribles implicaciones para los efectos de la televisión
sobre el desarrollo del cerebro y la salud. Por su parte, el hemisferio
izquierdo es la región crítica para organizar, analizar y juzgar los datos
entrantes. El lado derecho trata los datos entrantes acríticamente, y no lo
decodifica o divide la información en sus partes componentes.
El lado derecho del cerebro
procesa la información como un todo, llevando a la respuesta emocional en lugar
de la inteligente. No podemos atender racionalmente los contenidos presentados
en la televisión, porque esa parte de nuestro cerebro no está en
funcionamiento. Por lo tanto, resulta sorprendente que la gente rara vez
comprenda lo que ven en la televisión, como lo demostró un estudio realizado
por el investigador Jacob Jacoby. Jacoby encontró que de 2.700 personas
probadas, el 90% no entendieron qué es lo que vieron en la televisión sólo
minutos antes. Aún no hay ninguna explicación de por qué cambiamos al lado
derecho del cerebro mientras vemos la televisión, pero sabemos que este
fenómeno es inmune al contenido.
Para que un cerebro pueda
comprender y comunicar significados complejos, debe estar en un estado de
“desequilibrio caótico”. Esto significa que debe haber un flujo dinámico de
comunicación entre todas las regiones del cerebro, lo que facilita la
comprensión de los niveles más elevados de orden (rompiendo los umbrales
conceptuales) y conduciendo a la formación de ideas complejas. Altos niveles de
actividad cerebral caótica están presentes durante tareas como leer, escribir y
trabajar en ecuaciones matemáticas en tu cabeza. No están presentes mientras
ves la TV.
Peligroso para la autoestima; mantiene el Status Quo
Además de sus devastadores
efectos neurológicos, la televisión puede ser perjudicial para tu sentido de
autoestima, la percepción de tu entorno y tu salud física. Estudios recientes
han demostrado que el 75% de las mujeres estadounidenses que están de
sobrepeso, es probable que sea el resultado de ver crónicamente actrices y
modelos delgadas cuatro horas al día.
La televisión también ha
generado una “cultura del miedo” en los Estados Unidos y más allá, con su enfoque
en el cerebro límbico amigable con el sensacionalismo de programación violenta.
Los estudios han demostrado que personas de todas las generaciones grandemente
sobrestiman la amenaza de la violencia en la vida real. Esto no es un shock
porque su cerebro no puede distinguir la realidad de la ficción mientras ve la
televisión.
La televisión es mala para
el cuerpo. La obesidad, la falta de sueño, y retraso del desarrollo sensorial
son comunes entre los adictos a la televisión.
Al parecer, todas las otras
drogas representan una amenaza para el orden social establecido. La televisión,
sin embargo, es un medicamento que es realmente esencial para el mantenimiento
de la infraestructura social. ¿Por qué? Porque eso lava el cerebro a los
consumidores para tirar el dinero en el enorme vacío de sus vidas sin sentido,
lleno de terror. Y mediante un lavado de cerebro — quiero decir que han sido
hipnotizados mediante técnicas muy sutiles y establecidas — junto con los
efectos naturales de la televisión en las ondas cerebrales, hacen la trampa más
ambiciosa de ingeniería psicológica jamás inventada.
El psicofisiólogo Thomas
Mulholland encontró que después de tan sólo 30 segundos de ver la televisión el
cerebro comienza a producir ondas alfa, lo que indica tórpida (casi comatoso)
tasas de actividad. Las ondas alfa cerebrales se asocian a lo desenfocado,
demasiado receptivos estados de conciencia. Una onda alfa de alta frecuencia no
ocurre normalmente cuando los ojos están abiertos. De hecho, la investigación
de Mulholland implica que viendo la televisión es neurológicamente análogo a
mirar una pared en blanco.
Debo señalar que el objetivo
de los hipnotizadores es inducir lentos estados de ondas cerebrales. Las ondas
alfa están presentes durante el estado de “luz hipnótica” utilizado por
hipno-terapeutas para el tratamiento propuesto.
Cuando se publicó la
investigación de Mulholland eso enormemente impactó al marketing y a la
publicidad. Los espectadores que comprendían automáticamente entraron en un
estado de trance mientras miraban la televisión, los especialistas en marketing
comenzaron a diseñar anuncios que producen estados emocionales inconscientes o
humores en el espectador.
El objetivo de los anuncios
es no hacer un llamamiento a la mente racional o consciente (que generalmente
descarta los anuncios) sino a los implantados estados de ánimo que el
consumidor asocia con el producto cuando se encuentra en la vida real. Cuando
vemos que el producto se muestra en una tienda, por ejemplo, las emociones
positivas se activan. Incluso las anotaciones de los amados atletas y otras
celebridades evocan las mismas asociaciones. Si alguna vez has dudado el poder
de la publicidad de la televisión, tienen esto en cuenta: ¡los comerciales
funcionan mejor si usted no les está prestando atención!
Un adictivo dispositivo de
control de la mente… ¿Qué más podría pedir un gobierno o corporación impulsada
por las ganancias? Pero lo realmente triste de la televisión es que a todos los
convierte en un zombie, nadie es inmune. No existe ninguna orden de
super-inteligentes seres malvados o nefastos, detrás de esto. Eso es el
producto de nuestro deseo muy humano el alterar nuestro estado de conciencia y
escapar de las dificultades de la realidad.
¿Eres un zombie?
Hoy estamos bombardeados
desde todos los ángulos con distracciones, sustancias, y condiciones creadas
para transformar la manera en que interpretamos nuestra realidad. Estamos
siendo condicionados desde el nacimiento a actuar cada vez más sin conciencia,
lo único que nos diferencia de todos los demás seres vivos en el universo
conocido.
Estamos, literalmente,
siendo programados dentro de un profundo sueño despierto, una existencia como
zombis. Debemos actuar diligentemente y educar a los demás si queremos romper
esta programación y preservar nuestra humanidad.
La televisión puede darnos muchas cosas, salvo tiempo para pensar
- Bernice Buresh
La dependencia de las personas de la televisión es el hecho más
destructivo de la civilización actual.
- Robert Spaemann
La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro
sistema cultural
- Federico Fellini
Henry Makow
EMPECEMOS…POR CURARNOS DE LA TELE
Si no solucionamos un “problema” tan elemental y tan
preliminar como el de la televisión, la vida moral y la sobrenatural quedan
comprometidas. Resolver el problema es simple: tirar el televisor a la basura,
dejar de ver la televisión. Sin embargo, nos valemos –yo me valía– de cualquier
añagaza para dilatar sine die tan apremiante decisión.
La gran mentira de la televisión es la de hacernos creer que es una ventana al mundo, que no hace otra cosa que acercarnos la realidad multiforme y lejana a nuestro salón comedor. La televisión es, exactamente, todo lo contrario. Es un muro que se interpone entre nosotros y la realidad. La verdadera realidad queda sepultada bajo una montaña de imágenes cambiantes.
En la combinación audiovisual, la palabra se subordina a la imagen, y no al revés. La televisión es, principalmente, un método de transmisión de imágenes, reforzadas por palabras. Por lo tanto, la televisión, principalmente, produce una hipertrofia de la imaginación en detrimento de la razón. La palabra, en lugar de servir para la inteligencia, queda esclavizada al servicio de la imaginación.
Incluso cuando –por hipótesis– los contenidos de la televisión pudieran ser buenos y veraces, la percepción, la “posesión” que de esos contenidos tenemos es capciosa. Creemos que sabemos algo por haberlo “visto” en la televisión, porque al evocarlo despertamos en nosotros inmediatamente una imagen o una sucesión de imágenes, que suscitan emociones. Pero cuando una imagen representa un concepto no puede cumplir más que una inicial función de “captación de la atención”. Después, hace falta una comprensión intelectual para poseer adecuadamente ese concepto y eso la televisión lo obstaculiza creando el espejismo de que “ya lo sabemos”. La televisión, al sobre-excitar la imaginación, nos hace caer en el engaño de que realmente conocemos aquello que se nos ha mostrado en la pantalla, precisamente porque –cosa propia de la imaginación– ha despertado en nosotros intensas emociones. Tan intensas como fugaces, estériles e inhumanas.
Pongamos por ejemplo la narración de una noticia típica de televisión: una catástrofe en cualquier esquina del planeta. Inmediatamente nuestro cerebro recibe imágenes impactantes, contempla escenas de una gran crudeza, y de este modo, al mismo tiempo que realmente lo desconocemos todo sobre el verdadero sufrimiento de los protagonistas (que serán eclipsados de nuestra atención por la siguiente noticia, quizás la presentación de la colección de moda otoño-invierno en una pasarela), sentimos durante unos segundos una intensa emoción, desconectada de un conocimiento proporcionado. Emoción que decae, desplazada por la siguiente noticia (que genera a su vez una nueva emoción, de naturaleza diversa e igualmente fugaz). El resultado es que hemos sentido muchas cosas, sin conocer realmente ninguna. Si se nos pregunta, sin embargo, responderemos: “Sí, ya lo sé. Lo he visto por la tele”. Eso es inhumano. Es violentar el modo humano de conocer y de sentir.
Ese esquema típicamente televisivo de intensos y fugaces sentimientos, se convierte en una “segunda naturaleza” en los televidentes (en todos los que son o hemos sido televidentes) y el mundo de las emociones adquiere una independencia espantosa respecto del mundo de la inteligencia. De ahí que, habiendo advertido esa preeminencia de lo emotivo sobre lo racional, políticos, comerciantes y hasta pretendidos apóstoles religiosos apelen a las reacciones sensitivas, a la emotividad en detrimento de la argumentación racional.
Lo peor de la televisión no son los perversos contenidos que hoy transmite y que mañana pudiera censurar. Lo peor es lo que en ella no puede cambiar: el engaño de llenarnos la cabeza de imágenes para hacernos creer que “conocemos” lo que representan. La televisión, por su misma naturaleza, llena nuestra cabeza de imágenes que permanecen en ella largo tiempo, entorpeciendo el verdadero trabajo racional, la verdadera vida de la inteligencia humana, conformando nuestros gustos de forma anormal, prescindiendo de los canales auténticamente humanos de la transmisión del conocimiento y hasta de la misma adquisición de la experiencia.
Mis hijos ven, huelen y oyen un rebaño de ovejas estabuladas a menos de un kilómetro de casa, que transitan por los campos vecinos. A veces, tenemos que esperar a que pase el rebaño para poder continuar nuestro paseo. Entonces pienso en lo afortunados que somos porque esos estólidos mamíferos están delante de nosotros, permitiéndonos admirarnos de la sabiduría divina que los ha pensado y del poder de Dios que los ha creado. Ese contacto distraído y habitual de un niño con el ganado, con los campos, con la naturaleza, ofrece la ocasión de sorprenderse pensando cómo “manifiestan la gloria de Dios”. Pienso también en los documentales en los que me mostraron gacelas, cebras, cocodrilos, tribus salvajes y ascensiones al Himalaya y cómo todo aquello no eran más que imágenes seleccionadas, editadas, artificialmente yuxtapuestas, que pretendían vanamente arrebatar a la realidad lo que ella se reserva para quienes humildemente la admiran. Incluso antes de ser editadas y manipuladas, la materia prima de esas imágenes había sido vivida por otros, no por mí.
Las imágenes que muestra la televisión pueblan nuestra cabeza, haciéndola insaciablemente sedienta de más imágenes novedosas y enteramente indiferente a la realidad que representan. La televisión nos hace depredadores de vidas ajenas, sobre las que en realidad nada sabemos, de las que nada nos interesa, pero que nos proveen de esa torpe ilusión: más imágenes, más ruido, más actividad… representada por otros.
jueves, 21 de agosto de 2014
CAPITALISMO DESPLEGADO
Mons. Williamson
COMENTARIOS ELEISON
179 (18-XII-2010)
El
egoísmo no puede construir una sociedad. Ahora bien, el dinero representa
esencialmente el reclamo de su dueño sobre los servicios del resto de la
sociedad. Si entonces el capitalismo debe de ser definido, en algo más que
meramente términos económicos, como una manera de organizar una sociedad en
donde cada ciudadano tiene que tener la libertad de ganar tanto capital (o
dinero como mejor se le conoce) como pueda y quiera, entonces el capitalismo
está plagado de contradicciones. Está intentando construir una sociedad, lo que
requiere una falta de egoísmo, con fomentar el egoísmo en todos sus miembros.
Por
lo tanto el capitalismo únicamente puede sobrevivir mientras los miembros de la
sociedad capitalista aún mantengan los valores pre-capitalistas como lo son el
sentido común, la moderación en la búsqueda de hacer dinero y el respeto por el
bien común. Pero el capitalismo como se define en el párrafo anterior no hace
nada para promover dichos valores pre-capitalistas. Por el contrario, trabaja
en contra de ellos, así como el egoísmo trabaja en contra del altruismo. Por lo
tanto, el capitalismo es un parásito que vive de un cuerpo social, cuyos
valores necesarios para su sobrevivencia trabaja para socavar.
Esta
contradicción interna de una sociedad construida a partir de la búsqueda por el
dinero está llegando a su conclusión devastadora con el estado actual de las
finanzas y de la economía mundiales. Especialmente desde el final de la Segunda
Guerra Mundial, las naciones del mundo se han empeñado más y más por buscar el
dinero para obtener el confort material que ahora se prefiere por encima del
confort espiritual que anteriormente daba sentido a sus vidas. Admirando y
buscando dinero, se han alegrado de permitirles a los hombres de dinero
apoderarse de sus sociedades. Admirados y buscados, los hombres de dinero han
tomado para sí siempre más y más dinero y poder. Pues, ¿qué frenos intrínsecos
tienen el dinero o el poder para limitar sus adquisiciones adicionales?
Ningunos. Los banqueros se convierten en auténticos gángsteres.
De
ahí que, por ejemplo, el invento hace 10 o 15 años de los
"derivados", instrumentos financieros que se traducen en una fortuna
en honorarios para los "banksters" (banqueros-gángsteres) quienes los
suministran, pero actúan sobre el delicado mecanismo de las finanzas mundiales
como armas de destrucción masiva, porque fácilmente fabrican un mundo irreal de
deudas colosales e impagables. En este mundo desestabilizado y fraudulento de
deuda impagable, un orden aparente se mantiene por los gobiernos, uno detrás
del otro, al fabricar de la nada cantidades inmensas de "dinero" para
"pagar" la deuda, pero este proceso puede terminar únicamente en una
inflación que deja sin uso alguno la moneda en cuestión. Así que ahora toda la
moneda mundial, de papel o digital - y por años no se ha contado con otro -
está condenada.
Pero
el dinero es para la sociedad lo que el aceite lubricante es para un motor. Sin
aceite, un motor se atasca y "muere". Sin dinero en la sociedad, el
intercambio se torna mucho más difícil y la actividad comercial puede volverse
lenta hasta paralizarse por completo. Si por cualquiera de estas razones los
camiones de comida no pudiesen funcionar, y tuviéramos una escasez de comida
especialmente en las grandes ciudades, ¿qué podría hacer un político para
desviar los disturbios por los precios altos de los alimentos y para evitar que
los campesinos vengan sobre de él con horquillas? ¡Comenzar una guerra!
La
Tercera Guerra Mundial puede no estar muy lejos. ¡Señor, ten piedad!
ENSALADA ITALIANA
Dr. Aníbal D´Angelo Rodríguez
22 DE ENERO DE 2011
tomado del Blog de Cabildo
tomado del Blog de Cabildo
En varias ocasiones hemos traído al señor Umberto Eco a nuestro sillón y
le hemos hecho barba y bigote para delicia de nuestros lectores. Así demostramos,
por ejemplo, que escribía sobre la lujuria sin saber qué era. Hace un tiempo
escribió en “La Nación” un artículo que tituló “Cuando
lo feo es hermoso” en el que hizo una ensalada rusa (a la italiana)
mezclando conceptos con el desparpajo de un argentino.
Comenzó hablando de Hegel, quien habría escrito que fue el cristianismo el que introdujo “el dolor y la fealdad” en el arte, con sus Cristos sangrantes y sus Santos torturados. Error, dijo Eco, ya en el arte clásico había infinidad de rostros terribles y de escenas escalofriantes. Pero ya comenzó a meter la pata porque metió muy alegremente en el mismo saco a dos cosas por completo diferentes.
Este desprejuiciado escritorzuelo italiano no entiende que puede haber dolor muy bellamente representado y que el dolor forma parte de las experiencias elementales del hombre y de las experiencias que el sabio hace positivas. Bueno, se podrá objetar, pero también la fealdad forma parte de nuestras experiencias. Claro, pero es antagónica con el arte, que es belleza y que sólo puede apropiarse de la fealdad si la embellece. Y entonces deja de ser fealdad.
El problema del arte actual es, justamente, que pretende hacer arte con lo feo, sin transformación ni sublimación alguna. Es el culto de lo feo por ser feo. Según Eco, el actual afán por la fealdad (el dolor se perdió en el camino) proviene de una elección “de lo que en siglos pasados habría sido considerado horrible” o —en otros casos— “la fealdad es elegida como el modelo de una nueva belleza”. Lo cual sucede porque “en la posmodernidad toda oposición entre belleza y fealdad se ha disuelto” principio que apenas enunciado es puesto en duda por el mismo Eco. Con un párrafo final en el que la pluma se le ha escapado de las manos y escribe sola: Tal vez todas esas manifestaciones de horror y fealdad “sean expresiones superficiales exhibidas en los medios de comunicación de masas”, porque “de esa manera exorcizamos una fealdad mucho más profunda que nos asalta y nos asusta, algo que desesperadamente deseamos ignorar”.
Sí, querido: un adarme de verdad. En efecto, el arte moderno es feo porque el mundo moderno es feo, de una fealdad de fondo que no puede sino ser resultado de su maldad.
domingo, 17 de agosto de 2014
La Escuela de Frankfurt
Por Mons. Richard Williamson
Lecciones valiosísimas para todos los amigos y
amantes de la “Civilización Occidental” pueden obtenerse de un análisis de la
desviacion a izquierda en los Estado Unidos de los 1960´s realizado por un
Profesor en Psicología de California, Kevin MacDonald, mismo que puede ser
consultado en http://www.theoccidentalobserver.net/articles/MacDonald-WheatlandII.html. En
éste analiza la crítica de la cultura de masa que se presenta en un libro
acerca de “La Escuela de Frankfurt en Exilio”.
La “Escuela de Frankfurt” necesita ser mejor
conocida. Era un pequeño grupo de intelectuales no-Cristianos muy influyentes
quienes, cuando Hitler subió al poder, emigro de Alemania hacia los Estados
Unidos de Norteamérica en donde, junto con un grupo de Trotskistas de Nueva
York que comulgaba con sus ideas, siguió ejerciendo una influencia
completamente desproporcionada al número de sus integrantes. Experimentando una
profunda enajenación de la “cultura tradicional Anglo-Americana”, dice
MacDonald, le hicieron la guerra, fomentando al individuo contra la familia,
propiciando una multi-cultura contra el liderazgo de la raza blanca, e
incitando el modernismo en contra de la tradición en todos los ámbitos,
especialmente en las artes. “El deseo de Theodor Adorno de una revolución
socialista lo inclinó a favorecer la música Modernista, la cual dejaba al que
la escuchaba con un sentimiento de insatisfacción y totalmente desubicado,
música que consciente e intencionalmente evitaba la armonía y la
predictibilidad”. La “Escuela de Frankfurt” quería “el fin del orden en el cual
tomo su origen la sonata”.
El profesor dice que la “Escuela de Frankfurt”
desdeñaba la falta de deseo de la gente Americana por la Revolución, y culpaban
a la “pasividad, escapismo y conformismo” de esta gente, y al control de la
cultura en general por el “capitalismo tardío” a través, por ejemplo, de
organizaciones conservadoras que imponían estándares morales en Hollywood. Sin
embargo, cuando en los 1960’s ellos mismos obtuvieron control de los medios de
comunicación, de las universidades y de la política, explotaron al máximo la
cultura de las masas y Hollywood, y la condición de conformismo y
adormecimiento de la gente, para sesgarlos hacía la izquierda. El Profesor
lamenta el vicioso ataque resultante en contra de los “intereses de la raza
blanca”, de la “identidad blanca” y de la “cultura y gente tradicional del
Occidente”.
El Profesor tiene razón en varios aspectos. Por
ejemplo, la guerra no es principalmente entre capitalismo y comunismo, como los
izquierdistas originalmente pensaban y como muchos norteamericanos aún creen.
El confort materialista ha arrullado a los Americanos hasta dejarlos dormidos,
después como antes de los 1960´s. Es verdadero también que Hollywood y la
cultura juegan un papel muy importante en moldear las mentes y las masas (razón
por la cual “Comentarios Eleison” no raramente aborda temas culturales).
Además, en efecto existe un pequeño grupo, consciente y resuelto, de enemigos
de la “cultura tradicional del Occidente”, que tiene una gran influencia.
Sin embargo, para defender “los intereses de la
raza blanca”, el Profesor necesita ir más allá de los blancos en sí. El
problema real es religioso. ¿Por qué los Europeos de raza blanca siempre tenían
tanto para dar? Porque por siglos y siglos co-obraron con la gracia para
beneficiarse mucho más por la Fe Católica. ¿Por qué es que este pequeño grupo
de izquierdistas aborrecen tanto a la “cultura Occidental”? Porque en esta se
encuentra lo que resta todavía de esa Fe. Y ¿por qué es que dicho grupo, siendo
tan pequeño, se tornó tan poderoso de los 1960´s en adelante? Porque en el
Vaticano II (1962-1965) los mismos Blancos fueron principalmente responsables
de la traición de la Fe que aconteció en ese Concilio. El triunfo actual de los
izquierdistas es, ni más ni menos, un castigo justo de Dios.
Profesor, no está usted adormecido. ¡Ahora ande
y tome su Rosario!
Kyrie eleison.
Noviembre
2009
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